Conocemos el apego casi instantáneo entre madres e hijos. A fin de cuentas, las mamás han llevado a ese niño en su vientre y han formado parte de su primer recuerdo. Pero, ¿Es posible crear un vínculo afectivo entre padres e hijos? Obviamente si. Es cierto que en la sociedad estamos más acostumbrados a que la relación estrecha en la más tierna infancia se dé entre madres y bebés pero lo cierto es que en la mayoría de los casos tiene que ver con numerosas posibilidades que están caracterizadas por seguir unos patrones.
- Alimentación y apego: Está demostrado que la alimentación es una manera de relacionarse básica entre adultos y niños.
- Emular los movimientos del bebé.
- Contacto con las manos entre el bebé y su padre: Que el pequeño toque la cara de su padre crea un vínculo entre ambos.
- Baños juntos: Está demostrado que bañarse con el pequeño crea, igualmente, apego entre ambas partes.
- Leer cuentos.
- Cantar canciones.
- Los canguros portabebés son clave ya que consiguen que los más pequeos se sientan más seguros y confortables con sus padres.
- Imitar los ruidos que realice el bebé.
- La imitación, en general, facilita la relación de padres e hijos, especialmente en el caso de que se trate de los movimientos del pequeño.
- Imitar las primeras comunicaciones del bebé: en todos sus ámbitos será posible descubrir las mejores opciones a este respecto y contaremos con una ingente variedad de opciones que poder tener en cuenta y que, sin lugar a dudas, irán aparejadas a las mejores cualidades de nuestros viajes. Una manera única de disfrutar de las máximas posibilidades.