Después del parto la tripa va volviendo progresivamente a su forma natural, pero justo después de dar a luz la sensación es la de tener la tripa hinchada pareciendo incluso que se sigue embarazada.
El problema es que esto provoca que se puedan seguir con pérdidas de orina, estreñimientos, dolor druante las relaciones sexuales, hernias o malas digestiones por lo que hoy vamos a ver sus causas y soluciones.
Una de las razones la encontramos directamente en la mala calidad del tejido conectivo, el aumento de peso durante el embarazo o la realización de movimientos de flexión del tronco durante la gestación. Por este motivo en muchas mujeres aunque se realicen ejercicios específicos para bajar el volumen del abdomen, éste permanece igual.
La mejor solución hasta el momento era pasar por quirófano aunque ya existen planes especializados y ejercicios para trabajar con hipopresivos y trabajar el músculo transverso ante un problema tan frecuente.
Sin embargo como solemos decir siempre, es mejore prevenir haciendo algunas acciones tan sencillas como ésta en el día a día independientemente de si estamos embarazadas o no:
- Levantarse de la cama siempre de lado.
- Ponerse los pantalones y apacatos sentados o doblando las rodillas.
- Controlando nuestro peso.
Ahora bien, ¿cómo puedo saber si tengo este tipo de problema? Algunas de las maneras de averiguarlo son tumbarse boca arriba con las piernas flexionadas y un poco separadas, colocando la mano plana en el centro del vientre con los dedos hacia los pies o elevando la cabeza para sentir la distancia entre un músculo y otro.
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