Todos lo sabemos: fumar es perjudicial y más aún si estamos embarazadas, por eso hoy queremos hablar un poco más sobre este preocupante tema ya que existen muchas mujeres que siguen fumando tanto durante el embarazo como la lactancia.
Sabemos que es difícil dejarlo, pero existen algunas técnicas para que sea mucho más fácil.
Lo primero de todo es que si fumas, no lo dejes de golpe. Según los expertos, fumar unos 5 cigarrillos al día está dentro de los niveles de seguridad para no perjudicar al feto, sin embargo, no podemos olvidar que cada cigarro expone al bebé a más de 7.000 sustancias tóxicas por lo que lo ideal sería dejarlo por completo.
Pero es que el riesgo no termina aquí, ya que también se debe evitar que la propia embarazada, aunque no sea fumadora, respire el humo de tabaco de personas de su alrededor puesto que está comprobado cómo el bebé recibe menos cantidad de oxígeno, aumenta su ritmo cardíaco y altera el crecimiento de sus pulmones.
Es aconsejable consultar siembre con un médico especializado en el tabaquismo para que nos de las pautas necesarias en cada caso y abandonar este hábito tan perjudicial. Hay tratamientos también con fármacos que son muy efectivos pero siempre se deben llevar a cabo bajo supervisión.
Apóyate en tu pareja, compañeros y amigos para dejar de fumar y pídeles incluso que ellos también lo dejen para que te resulte más fácil.
Piensa no sólo en tu salud sino la de tu futuro hijo como la principal motivación para dejar de hacerlo.
Si consigues dejarlo, no vuelvas durante el postparto puesto que con el pecho es también más perjudicial.
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