La alimentación constituye un elemento esencial para mantener una buena salud y evitar enfermedades, y un aspecto a tener especialmente en cuenta en el caso de los niños, ya que representa un factor fundamental para su crecimiento. Por este motivo, se debe tener cuidado con los alimentos que empiezan a tomar tras cumplir los primeros meses y vigilar las dosis de algunos que pueden ser especialmente perjudiciales para su desarrollo.
Por ejemplo, las bebidas gaseosas son uno de los principales causantes de problemas de irritabilidad y obesidad en niños, por lo que no lo acostumbres a beber estos líquidos tan pequeño.
El abuso de la sal, es decir más de 3 gramos diarios es altamente peligroso para los bebés que no han cumplido todavía un año de vida, por lo que todo debe tomarse sin sal. En este sentido, las tradicionales galletitas saladas que tanto gustan a los más pequeños también deben ser suprimidas de la dieta de nuestro bebé.
De igual manera, los alimentos procesados tienen una baja cantidad de nutrientes en contraprestación de gran cantidad de condimentos no recomendables para los niños.
Y por último y aunque probablemente sea el alimento que más os sorprenda: la miel tampoco es buena para los bebés ya que puede tener esporas de clostridium botulinum y la bacteria que provoca botulismo y que no puede ser combatida por el estómago del niño.
Y ahora que ya sabes un poco más sobre los alimentos más peligrosos para la salud de los bebés, toma nota y permanece atenta a todos los consejos que os damos cada semana en el blog de El peque de la casa.