Aunque hace ya algún tiempo que se popularizaron los bebés reborn todavía existe una gran incertidumbre en torno a ellos. Y es que hay una tendencia que está a favor y otra en contra de estos bebés.

¿Son una obra de arte o un objeto de confusión para las personas que lo sienten como si fuera real? Y es que estos bebés salen a pasear, se les cambia la ropa y podría confundirse perfectamente con un bebé real a pesar de que su composición es de silicona.

Su popularidad ha hecho que cada vez sean más los artistas en crearlos y los culpables de la realización de ferias internacionales. Y es que además, cada bebé puede ser personalizado en función a lo que el cliente desee: tanto el pelo como los ojos, los mecanismos de su respiración… Están realizados con todo detalle y con materiales que garantizan su durabilidad y flexibilidad, de ahí que su precio sea tan caro (alrededor de los 1.000 euros). Su creación puede llevar hasta 1 mes de trabajo muy laborioso.

Por supuesto, su público objetivo no son niños, sino adultos coleccionistas de arte, amantes del arte o madres que les encantan los bebés y desean una réplica hiper realista. Sin embargo, también suponen un consuelo para aquellas personas que no pueden tener hijos o que desgraciadamente ha fallecido por lo que puede ser una terapia según afirman algunos especialistas y psicólogos. En este sentido, existe una corriente de aquellos que están en contra de estos bebés reborn y que no entienden el comportamiento con ellos ya que en algunos casos ni siquiera existen ningún trauma.

¿Dónde está el límite?

En El Peque de la Casa contamos con todo lo necesario tanto para bebés de carne y hueso como para estos pequeños seres que se han hecho ya un hueco en el corazón de miles de personas.