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¡Nunca discutas delante de tus hijos!

Las discusiones de pareja son bastante frecuentes en cualquier hogar y más con el estilo de vida que llevamos actualmente donde la falta de tiempo es uno de los principales causantes de cualquier disputa. Sin embargo, los que somos padres debemos tener especial cuidado de no discutir delante de los más pequeños porque estaremos dañando todo el núcleo familiar.

Por experiencia, sabemos que es difícil no discutir en un momento dado y esperarnos por ejemplo a que los niños se duerman para tratar cualquier diferencia entre ambos, pero los expertos y varias investigaciones han demostrado que los niños que pertenecen a familiar con un alto nivel de conflicto entre padres son más propensos a desarrollar consecuencias mentales.

Cualquier tipo de discusión sólo aporta inseguridad en los niños que temen porque sus padres se separen. Ese miedo propicia la incertidumbre y se sienten más indefensos por lo que pueden presentar problemas en el proceso de adquisición de la autonomía, agresividad, retraimiento o incluso dificultad para relacionase. Además, esto conlleva en ocasiones discusiones también entre hermanos por lo que discutir en pareja se puede, pero nunca en presencia de los hijos.

Especialmente importante también es no hacer que nuestro hijo tome partido por cualquiera de los dos, transformalos en nuestra fuente de apoyo y estar siempre atentos a sus actitudes.

Es bueno hablar con ellos incluso para explicarles por qué se discute aunque el problema reside en los adultos por lo que un buen terapeuta puede ser la solución a posibles desequilibrios de toda la familia debido a las discusiones parentales.

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