¿Cómo puede afectar un ambiente violento a una mujer embarazada?
Se esi
tima que las mujeres que son víctimas de la violencia de género tienen un 15% más de probabilidades de tener un parto prematuro cuando la media está en un 6%, es decir 2 veces más de probabilidades y hasta cuatro veces si no se tiene de un pilar de apoyo en el entorno más cercano.
El problema es que según los últimos datos, el 21% de las mujeres han sufrido violencia emocional y un 3,5% de tipo física. Todo ello supone un gran riesgo para la salud, no sólo para la madre si no también para el feto porque se suele traducir en anemia e infecciones. Tanto es así que de todas ellas, las mujeres que sufren violencia acuden a urgencias más veces durante el embarazo y su porcentaje de ser ingresadas sube hasta cuatro veces más que una mujer que no ha sido sometida a ello.
Su influencia también está relacionada directamente con la aparición de depresión postparto puesto que tienen una mayor inseguridad, ansiedad, confusión mental y otro tipo de síntomas relacionados a la depresión.
El problema de la violencia psicológica es que resulta mucho más invisible ante todos y juega un papel fundamental en la salud de la mujer embarazada por lo que el primer paso fundamental que hay que dar es dar parte de lo que sucede al médico de cabecera para comenzar a tomar las medidas que sean necesarias y que en ningún momento se corra peligro.
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